SANGRE EN LA NIEVE
Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero no consigo olvidar. El pasado me persigue, y los recuerdos afloran una y otra vez en mi mente cansada. Aquellos fueron años oscuros, en los que nada me empujaba a seguir adelante. Mi vida había perdido su sentido.
Se me ha dado una oportunidad. Un viaje en el tiempo, dicen. Antes jamás lo habría creído, pero ahora es la única luz entre tantas sombras.
Hace siete años, perdí lo único que me importaba en este mundo. Fue asesinada. Yo estaba junto a ella, pero fui incapaz de evitar lo que ocurrió. No me lo perdoné jamás. No encontraron al asesino, y el caso se archivó.
Hoy emprendo un viaje para matar al hombre que me arrebató a la mujer a la que amaba, hace siete años. Para recuperarla.
Cuando abro los ojos, ya estoy allí.
El paisaje es frío y blanco, hay nieve entre las montañas. El cielo es gris, no se distingue el sol entre las nubes.
Miro mi reloj, pero se ha parado. No puedo llegar tarde, no puedo fallar. Echo a correr por el camino, los árboles oscuros me observan.
Llevo una pistola, a ella también la dispararon. Voy a matarlo.
Hoy cambiaré nuestro destino para siempre.
Los recuerdos que tengo de aquel día son difusos. Nieve, viento y muerte.
Los observo desde la lejanía, y una extraña sensación me recorre. Allí estoy yo, junto a ella. Me gustaría acercarme, volver a mirarla, pero debo esperar.
Ha empezado a nevar. Están junto al desfiladero, entre las rocas blancas. Un puente de madera cuelga sobre un río helado. Aquel lugar era especial para nosotros.
No me importa el frío, no lo siento. La nieve cae con fuerza, el grito del viento se escucha entre las montañas. Recuerdo la tormenta.
Había un hombre. Nunca supe quién era, ni por qué lo hizo. Simplemente desapareció. En unos minutos, todo mi mundo se vino abajo.
Se están levantando, van cruzar el puente. Detrás de la tormenta, sólo veo dos sombras. Tengo que acercarme. Creo que han cruzado el puente.
Algo va mal, el asesino no aparece. Me traiciona la memoria, sólo veo imágenes difusas. Cargo la pistola.
Hay alguien en el desfiladero. Es él.
Disparo, y un eco del pasado resuena en mi mente. No veo con claridad, pero creo que le he dado. Lo he matado, y la he salvado a ella.
Me acerco lentamente. Estoy temblando.
Alguien aparece en el puente, soy yo. Corre hacia el cuerpo, no me ha visto. Hay sangre en la nieve.
Algo va mal, pero no lo comprendo. Entonces la veo a ella.
Está tendida sobre la nieve, muerta.
Caigo al suelo, abatido. Hoy, como hace siete años, maté a la mujer a la que amaba.
Me engañé a mí mismo. Aquel día, no quise creer lo que vieron mis ojos. Me aferré a la única esperanza que me quedaba, la quimera de los viajes en el tiempo. Pero jamás la comprendí.
No quise escuchar lo que me decían, pero tenían razón. Fui yo quien la maté, al viajar al pasado, tratando de cambiar el destino.
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